En
un arroyo que hay cerca del pueblo de Alcañizo ocurrió todo. El arroyo creció
mucho, entonces se inundó una bodega y las albardas (que eran garrafas en las
que se guardaba el vino) salieron de la bodega nadando, es decir, que el
arroyo las arrastraba. Entonces el dueño se puso como loco a gritar:
—¡Una
va llena! ¡Una va llena!
La gente del pueblo, al oírlo,
salió a la calle, porque creían que era una ballena, y se burlaban del
hombrecillo porque ellos no veían ninguna ballena; pero cuando el hombre se
enteró, fue para donde estaba toda la gente
y les explicó lo ocurrido, es decir, que una garrafa iba llena, y
empezó a reírse de ellos como loco.
Y
por ello se dice el dicho:
El
pueblo de Alcañizo,
iba
todo en banda,
buscando
una ballena
que
al final era una albarda.
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