domingo, 23 de diciembre de 2012

trailes de furia de titanes


Icaro y dedalo


                                        Aqui teneis un video de la mitologia griega

Pedro e Inés de Portugal


Uno de los mayores mitos de Portugal se basa en un hecho histórico real, los amores de Don Pedro e Inés de Castro.

En 1339 el príncipe Don Pedro, hijo del rey Alfonso IV, se casó con Constanza Manuel, noble de origen castellano. En el séquito de ésta viajaba su prima, una bellísima dama llamada Inés de Castro. Ésta era hija bastarda del duque de Peñafiel y marqués de Villena, Don Juan Manuel.



Retrato de Inés de Castro


La llegada de Inés a la corte portuguesa causó un gran revuelo e inflamó de pasión el corazón del príncipe Pedro. Aunque se trataba de una relación ilícita, recordemos que Don Pedro había contraído matrimonio con Doña Constanza prima de Inés, la pareja vivía su amor abiertamente y era por todos conocido.




Retrato del príncipe Don Pedro



En un intento desesperado por conservar su marido, Doña Constanza pidió a Inés que fuera madrina de su primer hijo, así según las costumbres de la época se creaban lazos familiares entre los amantes y cualquier tipo de relación amorosa entre ellos adquiría tintes incestuosos. Aún así el triunfo de Doña Constanza fue pasajero, a la semana moría el pequeño.


El rey Alfonso IV no podía tolerar esta situación. Aunque se escudara en motivos morales lo cierto es que políticamente esta relación ponía en peligro a su propio reino por lo que ordenó el destierro de Inés de Castro, quién no marchó demasiado lejos, instalándose en el castillo de Albuquerque, situado en Badajoz, donde el príncipe Pedro podía visitarla. Poco tiempo después, el 13 de noviembre de 1345, Constanza fallecía al dar a luz al futuro rey Don Fernando. Tras su muerte Don Pedro liberaba a su amada del destierro para vivir su amor libremente en el norte de Portugal.


Parece ser que al cabo de nueve años de la muerte de Doña Constanza, Don Pedro decidió casarse, de manera clandestina, con la que había sido hasta entonces su amante, santificando así su unión ante el obispo de Guarda. Pero aunque la unión fue bendecida por la iglesia no resta ningún documento que pueda probarlo.

Al contrario de lo que pueda parecer fue en estos momentos cuando empezaron a surgir murmuraciones que pusieron punto y final a este amor. Los hermanos de Inés de Castro constituían un gran peligro para la sucesión legítima, puesto que estos nobles castellanos podrían apoyar a sus sobrinos a reclamar el derecho al trono de Portugal.

Fue entonces cuando el rey Alfonso IV el Bravo fue incitado por algunos de sus nobles hidalgos a poner freno a las pretensiones de la casa Castro, temida en Castilla y Portugal, para ello planearon el asesinato de Doña Inés. Tan terrible acto se llevó a cabo un día de 1355 cuando el príncipe Pedro se encontraba de cacería. Doña Inés se encontraba cerca del monasterio de Monasterio de Santa Clara, en Coímbra y fue apuñalada sin piedad por Alonso Gonçalves, Pedro Coelho y Diego Lopez Pacheco, mientras se abrazaba a sus hijos.

Según la leyenda, las lágrimas derramadas por Inés en el río Mondego en el momento que iba a ser asesinada dio lugar a la Fontes das Lágrimas de la Quinta das lagrimas. En el lecho de la fuente pueden verse algas de color rojo que según la leyenda son gotas de sangre de la propia Inés.



Fonte das Lagrimas



Fonte das Lagrimas



Aquí acaba la historia y comienza la leyenda puesto que las crónicas no recogen los siguientes hechos. El mito explica que cuando Don Pedro subió al trono uno de sus primeros actos fue arrancar el corazón en vida de los asesinos de su amada. Vengada su muerte hizo desenterrar su cuerpo y coronarla reina de Portugal por lo que todos los nobles debieron rendirle homenaje y besar su mano.

Según algunos historiadores puede que este hecho tan macabro de vasallaje al cuerpo de la difunta reina se base en realidad en una antigua costumbre de rendir homenaje póstumo a efigies modeladas en cera a imagen del difunto monarca, por lo que puede que en realidad Don Pedro obligara a sus nobles a rendir homenaje a una figura de cera a imagen de Doña Inés colocada en el trono.

El cuerpo de Doña Inés descansa en el monasterio de Alcobaça. Don Pedro dispuso que su tumba y la de su amada debían tocarse los pies, de manera que el dia de la resurreción cuando sus cuerpos se levantaran lo primero que viera fuese su amada Inés.



Sepulcro de Doña Inés de Castro


Aunque el gran amor del rey Pedro el Justiciero, fue Inés, las crónicas de la época de su reinado, escritas por Fernão Lopes recogen otro romance.

Dicen que el rey mantuvo una apasionada relación con su escudero Afonso Madeira al que "amava mais do que se deve aqui dizer". Parece ser que Afonso tuvo un escarceo amoroso con Catarina Tosse, esposa del corregidor Lourenço Gonçalves. A oídos del mismísimo rey llegó la aventura y tal fue la furia del rey Justiciero luego llamado el Cruel, que "madou-lhe cortar aqueles membros que os homens en maior apreço têm, de modo que não ficou carne até aos ossos que tudo não fosse cortado". Según Lopes, el pobre Afonso fue tratado y "curou-se, engrossou nas pernas e no corpo e viveu alguns anos engelhado de rosto e sem barba e morreu depois de sua natural morte".

El Gallo de Barcelos - Leyenda - Portugal


Tiempo atrás, los habitantes de una villa llamada Barcelos (región de Baixo Minho) se sobresaltaron porque en su pueblo, normalmente tranquilo, había ocurrido un crimen oprobioso y aún más, porque pese a los esfuerzos de las autoridades, no habían podido localizar al perpetrador.
Un día apareció un forastero en el pueblo y los lugareños no tardaron en sospechar de él, como casi siempre se sospecha de los rostros que nos son desconocidos.
Las autoridades resolvieron aprehenderlo y muy a pesar de sus protestas de inocencia nadie quiso creerle. De poco valió que dijera una y mil veces que era un peregrino de Santiago y que se encaminaba a Compostela a cumplir con su cometido religioso. Pudo más la desconfianza en él y finalmente fue condenado a morir en la horca.

Como último deseo antes de ser ejecutado, solicitó ser llevado de nuevo ante el Juez que lo condenó. Se le concedió su solicitud y cuando fue llevado ante éste el funcionario se encontraba en un banquete, compartiendo con los amigos. El pobre condenado declaró una vez más su inocencia y pronunció las siguientes palabras mientras apuntaba con el dedo hacia un plato donde había un gallo asado listo para ser comido:

"Mi inocencia es tan cierta que os puedo asegurar que este gallo asado se pondrá de pie en su plato y cantará si soy colgado por el cuello sin ser culpable del crimen de que se me acusa."

Todos los presentes se rieron de él. Sin embargo, nadie se atrevió a tocar el platillo donde estaba el gallo asado, mucho menos a comerlo.

Así pués, lo que parecía imposible ocurrió. Cuando el peregrino fue colgado, en el momento mismo en que el verdugo lo hacía pender de la cuerda, allá en el palacio, el gallo asado se puso en pie, batió sus alas y empezó a cantar.

Ante este portento, nadie dudó un solo instante que se había sentenciado a muerte a un hombre inocente. El Juez se apre- suró a detener la ejecución pero al llegar a la plaza el pobre forastero ya pendía de la cuerda. Horrorizado por lo que ha bía hecho el Juez ordenó lo descolgaran y para sorpresa y alegría de todos los de Barcelos, luego de toser varias veces el presunto cadáver se puso de pie y recuperó el resuello. Un nudo o torcedura de la cuerda había impedido que ésta se cerrara totalmente sobre la garganta del sentenciado.

El peregrino de Santiago fue puesto en libertad y así pudo marchar a cumplir con su cometido. Algunos años más tarde el peregrino retornó a Barcelos y ordenó construir de su propio dinero un monumento en honor de Santiago y de la Santísima Virgen como testimonio de su agradecimiento.

El Gallo de Barcelos es el símbolo nacional de Portugal y significa: Serenidad, Fe, Confianza y Honor.
Mitología Griega
                           MITOLOGIA GRIEGA
La mitología griega está formada por un conjunto de leyendas que provienen de la religión de esta antigua civilización del Mediterráneo oriental. Los griegos, aunque no practicasen la religión, conocían estas historias, las cuales formaban parte de su acervo cultural.
Los dioses del panteón griego adoptaban figuras humanas y personificaban las fuerzas del Universo; al igual que los hombres, los dioses helenos eran impredecibles, por eso unas veces tenían un estricto sentido de la justicia y otras eran crueles y vengativos; su favor se alcanzaba por medio de los sacrificios y de piedad, pero estos procedimientos no eran siempre efectivos puesto que los dioses eran muy volubles.
La mitología griega es absolutamente compleja, llena de dioses, monstruos, guerras y dioses entrometidos. Algunos estudiosos afirman que llegó a haber hasta 30.000 divinidades en total.
Esta mitología comparte una estrecha similitud con la mitología romana, en cuanto a los nombres de varios dioses y personajes de importancia. También se relacionan en cuanto a la parte mitológica de la religión; creencias, tradiciones y todo lo ligado o referente a Mitología.



Afrodita, La diosa Alcestis Agamenón
Alcmena Amazonas, Las Andrómeda
Apolo Y Daphne Aracne Ariadna
Artemisa Atalanta Atlas
Atreo Galatea Galatea y Polifemo
Calipso Calisto Casandra
Circe Dánae Danaides, Las
Eco y Narciso, La Ninfa Eris, La diosa Eros
Esfinge, La Eurídice Europa
Fedra Furias, Las Gea
Gorgonas, Las Grayas, Las Harmonía
Harpías, Las Hecate Hele y Frixo
Hera Hespérides, Las Hipno
Ícaro Ifigenia Io
Leto (Mitos Maternales) Medea Moiras, Las
Musas, Las Narciso Némesis
Ninfas, Las Níobe Orestes
Palas Atenea Pandora Pegaso
Perséfone Psique Quimera
Selene, La Sirenas, Las Tanatos
Tetis Tiresias Triton


Héroes y Semidioses
Aquiles Beleferonte Edipo
Heracles (Hércules) Odiseo (Ulises) Perseo y Andrómeda
Teseo Jasón